José Agustín fue uno de los escritores mexicanos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. Autor multifacético que incursionó en el cine, el teatro, la crónica, la novela y el cuento. En sus inicios, su narrativa se enfocó en retratar a la juventud mexicana de clase media desde la década de los 60, lo que le valió el descontento de la crítica. Sin embargo, los temas que trató José Agustín en las páginas de sus cuentos y novelas, como la música, las fiestas y la rebeldía poco a poco fueron ganando lectores que encontraron en su obra una ruptura con los cánones literarios convencionales de la época.
Su narrativa se destacó por su estructura vertiginosa y el uso del lenguaje para oponerse a la corrección de generaciones pasadas: la juventud frente a la adultez, la revolución frente a la tradición. Para dar una cuenta más clara de esto, compartimos 3 cuentos de José Agustín que retratan los principales temas y el estilo que lo acompañaron a lo largo de su vida.
1. En la madre, está temblando
Durante un mediodía cualquiera en la Ciudad de México, un sujeto borracho deambula por las calles tratando de atajarse del sol, el ruido y el caos que lo rodea. Cuando presencia un choque sobre una de las principales avenidas de la ciudad, el desorden se apodera de sus pensamientos, pero no sólo eso, también las placas tectónicas buscan entrar en sintonía con la caótica urbe.
En este cuento, José Agustín convierte a la Ciudad de México en un personaje más y no sólo la utiliza como un espacio de desarrollo. Es gracias a la vertiginosa voz narrativa que las ideas punzantes de la ciudad se conforman en palabras, lo que lo vuelve un relato adecuado para revisar con detalle el estilo del autor.
Ángel está teniendo una noche difícil. Su cabeza da vueltas después de su dosis de chemo, por lo que sus ideas se vuelven opacas, difusas y pesadas. Cuando decide salir de su hogar para aligerar su cabeza sucede algo que ni en sus más alucinantes viajes imaginó: una bella mujer quiere conducirlo a su departamento para estar con él. Sin embargo, el fortuito encuentro de Ángel terminará de una manera aberrante.
Este relato muestra la habilidad de José Agustín para escribir escenas eróticas. Las descripciones de los personajes son un punto esencial en el relato, pues no sólo se encargan de dar forma e imagen a los involucrados, sino que también resaltan sus diferencias, aspecto fundamental para conformar las sensaciones del lector: desde el aroma incómodo de Ángel hasta la belleza de la mujer que lo seduce.
En una noche cualquiera, Oliveira, un joven baterista se encuentra tocando en un club nocturno. Después de un tiempo, se da cuenta que una joven atractiva llamada Requelle se encuentra mirándolo fijamente y su manera de tocar. Este pequeño acto inicia una odisea nocturna por la calles del entonces Distrito Federal (Ciudad de México) y hoteles de paso, mientras su amor crece, se reconoce y consolida hasta la llegada del amanecer.
Este texto es clave para “la literatura de la onda”, pues de ahí toma su nombre y sus principales características: protagonistas jóvenes, música, uso del lenguaje para diferenciarse de la tradición y una estructura que experimenta con las formas entre la literatura, el teatro y el cine. Otro punto destacable son los diálogos entre los protagonistas, los cuales se basan en el doble sentido y los juegos lingüísticos para desarrollar ideas, sentimientos y acciones. Por si esto fuera poco, al final del cuento se encuentra una breve dedicatoria a Angélica María, actriz y pareja sentimental de José Agustín, quien tuvo que terminar su relación con el escritor por imposición de sus padres.
Estos tres cuentos de José Agustín son sólo una pequeña muestra de su multifacética obra, pero nos parecieron importantes de rescatar al ser este el género que, al parecer, no ha sido tan explorado del autor. Para muchos, José Agustín, el escritor de la onda, será siempre una figura emblemática de la literatura mexicana y, para otros, el eterno adolescente que con sus letras puso de cabeza la literatura mexicana.