Salvador Novo fue uno de los autores mexicanos más importantes del siglo XX. Su obra se distingue por una visión citadina y cosmopolita de la cultura, algo que cultivó desde sus comienzos en el grupo conocido como Los Contemporáneos, el cual se oponía a la visión nacionalista del arte. Para Octavio Paz, Salvador Novo era el mejor prosista de Los Contemporáneos, no obstante, sus poemas destacan por ser una fuente prolífica de temas tan variados que van del amor a la sátira, de la vehemencia sentimental al juego poético de la burla sin respuesta.
Su vida como personaje público estuvo marcada por la polémica de su abierta postura conservadora, aun cuando fue muchas veces señalado de manera discriminatoria por su homosexualidad. Al respecto, Guillermo Sheridan comentó: “Es difícil: así como fue gay franco, fue franco como fascista, anticardenista, anticomunista y antisindicalista. Prefirió ser pro-priísta, pro-clero, pro-yanqui, pro-banqueros, correveidile, conseguidor, y decoración de sobremesa de largo del México popof.” Incluso frecuentó las grandes esferas políticas de México durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz, quien lo nombró cronista de la Ciudad de México en 1965.
A pesar de la constante contradicción entre Salvador Novo, su obra y su personaje, sus poemas brillan por la calidad satírica de sus versos y por su visión citadina para la conformación de nuevos espacios en la poesía de la época. Para muestra, te compartimos 5 poemas de Salvador Novo que sirven como introducción a su obra poética:
Breve romance de ausencia
Único amor, ya tan mío
que va sazonando el tiempo;
¡qué bien nos sabe la ausencia,
cuando nos estorba el cuerpo!
Mis manos te han olvidado,
pero mis ojos te vieron
y cuando es amargo el mundo
para mirarte los cierro.
No quiero encontrarte nunca,
que estás conmigo y no quiero
que despedace tu vida
lo que fabrica mi sueño.
Como un día me la diste
viva tu imagen poseo,
que a diario lavan mis ojos.
Otro se fue, que no tú,
amor que clama el silencio
si mis brazos y tu boca
con las palabras partieron.
Otro es éste, que no yo,
mudo, conforme y eterno
como este amor, ya tan mío
que irá conmigo muriendo.
Al poema confío la pena de perder
Al poema confío la pena de perderte.
He de lavar mis ojos de los azules tuyos,
faros que prolongaron mi naufragio.
He de coger mi vida desecha entre tus manos,
leve jirón de niebla
que el viento entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelva la noche a mí, muda y eterna,
del diálogo privada de soñarte,
indiferente a un día
que ha de hallarnos ajenos y distantes.
Amor
Amar es ese tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.
Las ciudades
En México, en Chihuahua,
en Jiménez, en Parral, en Madera,
en Torreón,
los inviernos helados y las mañanas claras,
las casa de la gente,
los grandes edificios en que no vive nadie
o los teatros a los que acuden y sientan
o la iglesia donde se arrodillan
y los animales que se han habituado a la gente
y el río que pasa cerca del pueblo
y que se vuelve turbulento con la lluvia de anoche
o el pantano en que se abren las maravillas
todas las tardes, a las cinco, cerca del quiosco
y el mercado lleno de legumbres y cestas
y el ritmo de los días y el domingo
y la estación del ferrocarril
que a diario deposita y arranca gentes nuevas
en las cuentas de su rosario
y la noche medrosa
y los ojos de Santa Lucía
en el quitasol de la sombra
y la familia siempre
y el padre que trabaja y regresa
y la hora de comer y los amigos
y las familias y las visitas
y el traje nuevo
y las cartas de otra ciudad
y las golondrinas al ras del suelo
o en su balcón de piedra bajo el techo.
Y en todas partes
como una gota de agua
mezclarse con la arena que la acoge.
Contra un pintor muralista
1
La diestra mano sin querer se ha herido
el berrendo del muro decorado,
y por primera vez tiene vendado
lo que antes tuvo nada más vendido.
Un suceso espantable es lo ocurrido;
descendió del andamio tan cansado,
que al granero se fue, soltó un mugido
y púsose a roncar aletargado.
Y una mosca inexperta e inocente,
aficionada a mierda y a pantano,
vino a revolotear sobre su frente.
Despertó de su sueño soberano
y al quererla aplastar ―¡hado inclemente!―
se empitonó la palma de la mano.
2
Cuando no quede muro sin tu huella,
recinto ni salón sin tu pintura,
exposición que escape a tu censura,
libro sin tu martillo ni tu estrella,
dejarás las ciudades por aquella
suave, serena, mágica dulzura,
que el rastrojo te ofrece en su verdura
y en sus hojas la alfalfa que descuella.
Retirarás al campo tu cordura,
y allí te mostrará naturaleza
un oficio mejor que la pintura.
Dispón el viaje ya. La lluvia empieza.
Tómese tu agrarismo agricultura,
que ya puedes arar con la cabeza.
Estos poemas de Salvador Novo van desde sus primeros libros de poesía, como XX poemas (1925), Nuevo amor (1933) y Espejo (1933), donde el autor reflexiona sobre una infancia añorada y dolorosa y su descubrimiento de autorreflexión. Pero conforme avanza su obra, el propio Novo busca añadir su visión contemporánea y citadina, tal como lo vemos en el poema «Las ciudades» para, finalmente, alcanzar la calidad de humor que caracteriza buena parte de su poética con los versos de «Contra un pintor muralista», el cual fue uno de tantos poemas que dedicó a Diego Rivera.
Tal vez Salvador Novo sea un claro y difícil ejemplo de aquella máxima literaria de separar al autor de su obra. No obstante, quienes decidan adentrarse en su obra tanto en prosa como en poesía, descubrirán a un autor vigente que sigue descubriéndose en cada lectura inquieta.
Referencias
- Novo, Salvador. Poesía, Fondo de Cultura Económica, México, 2021.
- Zaid, Gabriel (compilador). Ómnibus de poesía mexicana, Siglo XXI editores, México, 2001.
- Varios autores. Poesía en movimiento, Siglo XXI editores, México, 1966.
- Fabre, Luis Felipe. «Salvador Novo, poeta» en Letras libres, 2009. Consultado el 10 de enero del 2024 en https://letraslibres.com/revista-mexico/salvador-novo-poeta/
- Sheridan, Guillermo. «Sobre los ‘estigmas’ de Salvador Novo», La Jornada, 26 de enero de 2003.
Lector y peatón. «Yo soy aquel». Dicen que soy el chico al que los golondrinos le laceran las axilas.
A veces escribo sobre lo que me gusta, otras entreno Pokémon.