En medio de tantas banalidades, la literatura puede ser una voz de escape y de reflexión para un mundo en decadencia.
Con estas palabras, Yessika Rengifo Castillo define el papel de la literatura, pero también reconoce la responsabilidad que los autores contemporáneos tienen en sus manos:
“[Nuestra tarea] es contar, pero ese contar la verdad a nosotros, los jugadores de letras, la escritura nos permite contarla desde la fantasía, la ciencia ficción, el romanticismo, la novela negra, el realismo, y tantas otras alternativas, que sería un insulto que se perdiera la memoria en tiempos de caos cuando hay estas estrategias”.
Para ella, la literatura funge como un recordatorio y una manera de reeducarnos. Su vocación como educadora la ha llevado de la investigación al terreno de la creación. Algunos de sus relatos se basan en la introspección de sus personajes y su reinvención a partir del dominio de sus sentimientos y pensamiento.
No obstante, es en la poesía donde la autora despliega su imaginario y encuentra una oportunidad para hacer frente al día a día. Yessika recuerda a Gabriel Celaya: “La poesía es un arma cargada de futuro en tiempos de caos”, y a José Agustín Goytisolo:
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Ganadora de diversos concursos de poesía, investigadora y colaboradora en diversas revistas literarias en Iberoamérica y Europa, Yessika Rengifo es una de las autoras de Colombia que nos presenta su obra.
No viniste
Sentado en el balcón,
el reloj marco la hora.
No viniste.
Compré camelias,
chocolates de avellanas,
perfumé mis manos.
No viniste.
Lustré mis zapatos,
usé la corbata del abuelo,
el listerine danzó en mi aliento.
No viniste.
Recorrí las calles de la ciudad,
el aguacero jugó con mis lágrimas,
aun así,
no viniste.
Fui el ruiseñor más triste
que no cesó de llorar
la madrugada fría.
No viniste.
Cree
Cree que las azucenas vendrán
esta tarde a jugar con tus ojos.
Cree que mis sueños danzarán
en tu almohada en días de invierno.
Cree que la vida es el sueño
que vivimos, sol mío.
Entre noches
La luna ha traído
tu aroma a mi fría ventana.
Los girasoles lloran
tu ausencia, amor mío.
Las alondras se han ido
de mi afligida puerta.
Te busco en las fotografías,
sirena mía.
Entre noches,
mi vida se esfuma
sin tu presencia,
luz mía.
Poema ganador del 1er Concurso Internacional Literario de Minipoemas Recuerda 2017, celebrado en Colombia.
No te recuerdo, Amanda
¿Cómo era tu rostro?, ¿cómo era Amanda?
¡Oh delirante, corazón lisonjero!
¿Era como los rayos del sol?
¿Como las dalias de octubre?
Tan inestable y tan frágil,
como una rosa al viento… ¡Sí! Indecisa
como la luna que se pierde en el cielo,
leve en el viento, igual que las rosas.
Alegría fueron tus besos,
melancolía tu partida, Amanda.