Recordando a Marvel Moreno: En diciembre llegaban las brisas
A ti nunca te fue el rol de princesa, nunca ejerciste de belleza pasiva a la espera de un príncipe, tú eras otra cosa. Tú siempre te ponías de parte de la oscuridad, de la pérfida madrasta, del hada malvada, de la bruja.
Paula Hawkins
Marvel Moreno fue una de las reinas del emblemático carnaval de Barranquilla. Una reina que apasionó y sigue apasionando desde las letras frente al ambiente cerrado y patriarcal que atravesó. Sin embargo, no se pude dejar de lado que Jacobo Moreno, su padre, inculcó su gusto por la lectura en clásicos universales leyendo a Virginia Woolf, James Joyce, William Faulkner, entre otros. Cuando se habla de ese ambiente cerrado y patriarcal vale la pena señalar que Marvel provenía de un círculo social adinerado, católico y conservador, elementos que hicieron de sus letras un respiro crítico y propositivo.
Desde esa línea, ella se convierte en una de las escritoras que desarrolló un estilo de narrativa propio desde el Boom latinoamericano. Su autoexilio en Francia le permitió generar un mundo crítico y ficcional de la Barranquilla de sus amores, que presenta problemáticas relacionadas con la dominación masculina en los campos socioculturales, pero también tomó distancia de lo rural y lo mágico que ofreció el propio Boom para mostrar, desde sus personajes, a esa Latinoamérica patriarcal del siglo XX que, desafortunadamente, nos acompaña hasta el día de hoy en algunos sectores sociales.
En esa escenografía, resulta fácil comprender por qué nace un libro como En diciembre llegaban las brisas como una denuncia social frente a la violencia de género. Lina recuerda en Paris la historia de Dora, Catalina y Beatriz, sus amigas, cuyas vidas transcurren en la conservadora ciudad de Barranquilla. En fiestas del Country Club y los paseos en Puerto Colombia se desarrolla un relato de sensualidad que se teje en la violencia y la represión en la que Dora, Catalina y Beatriz son las víctimas de ese patriarcado. Siendo frágiles, impulsivas e impregnadas del placer y el dolor, viven en un mundo del instinto de la liberación y las costumbres.
Todo eso, sumado a la obsesión de Lina por evocar su pasado, hace que esta gran novela transforme las anécdotas de una vida en una idea absoluta de mundo y el contexto profundo de la sociedad barranquillera de fines de los sesenta. Con una memoria personal y una realidad histórica, los ejes de este libro presentan poesía y saberes de una narradora distante que vuelve inmortal los sucesos que se presentaron en esta ciudad y, por qué no, en Hispanoamérica. Hechos de unas vidas tradicionales y burguesas como mecanismos de represión.
Es importante señalar que en el proceso de lectura del libro de Marvel Moreno aparecen voces como la de Jimena, Eloísa e Irene, la primera la abuela y las otras dos tías de Lina. Estas mujeres siempre se presentan en cada inicio de la novela con reflexiones sabias a las que acude Lina para conocer el destino de sus amigas Catalina, Dora y Beatriz.
Pero su abuela no había querido acercarse al teléfono diciéndole a ella, Lina, si no es Benito Suárez será otro aparecido, porque a mi entender tu amiga Dora está destinada a dejarse escoger por un hombre capaz de quitarle el cinturón a su pantalón para darle
latigazos la primera vez que haga el amor con ella . Págs. 12-13.
Lo anterior indica que esa violencia de género se establece desde concepciones de ignorancia por golpear a una mujer la primera vez de intimidad o relaciones sexuales. Es decir, golpes que marquen posesión hacia ella.
Como breve conclusión, al final de la novela Beatriz se da cuenta de la hipocresía que maneja la familia de su esposo en comportamientos del uso de su cuerpo como máquina reproductora y el distanciamiento físico, sexual y psicológico en el que la tienen. Estos eventos originan que termine suicidándose y, a la vez, llevándose la vida de sus hijos.
Aquella entrevista había consternado a Beatriz: toda la amabilidad que los Freisen habían mostrado a su encuentro era pura hipocresía, porque la veían como una simple reproductora. Jamás les entregaría a sus hijos, ni a ellos, ni a la amante de Javier. Ya no se atrevería a confiar en nadie: su esposo le era infiel, su familia política la despreciaba, sus hermanos la creían demente. Y su propia razón, sacudida por la angustia, perdía cada vez más el contacto con la realidad. P. 425.
Con todo y lo anterior, la violencia de género se presenta en todas las clases sociales agrediendo a las mujeres y llevándolas a alternativas como el suicidio.
Finalmente, Marvel Moreno crea un mundo narrativo que condena el cliché de las tradiciones y las elites como elementos desgastantes que terminan agrediendo a los seres humanos, como en este caso a las mujeres, condenándolas a culminar con sus vidas como un escape ante esos mundos. La invitación es a leerla como un referente de la literatura universal.
Referencias bibliográficas
García Aguilar, E. (1997). Marvel Moreno y las narrativas postmacondianas. Demolición de la arcadia falocrática. Gaceta Colcultura 41.
Moreno, M. (2005). En diciembre llegaban las brisas. divinos. Bogotá. Editorial Norma.
Licenciada en Humanidades y Lengua Castellana. Especialista en Infancia, Cultura y Desarrollo. Magister en Infancia y Cultura por la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Escritora.