Apuntes acerca de un gran músico: ¿quién fue Roland Dyens?

Hace casi un mes que murió Roland Dyens, un compositor y guitarrista verdaderamente extraordinario. “Clásico con los dedos, jazzista en la mente” como afirmaba, Dyens improvisaba en el recital, desechaba cualquier noción de programa, se adaptaba al espacio y a su público. No era extraño que antes de tocar echara una mirada a su alrededor, como interpretando el silencio de la audiencia para después traducirlo al instrumento. Hacía partícipe al espectador desde un principio a través de su mirada penetrante. Sabía que la música se completa a través del otro y probablemente no le pertenece al compositor o al intérprete, ni tampoco al escucha, sino a la circunstancia.

Cuando iniciaba el recital Dyens mostraba una técnica y ejecución impecables,  sin embargo, la pureza del instrumento se quebrantaba poco a poco hasta romperse por completo para luego volverse a armar. Con toda la intención Dyens explotaba un sinfín de recursos: violentos rasgueos, golpes en el brazo o cuerpo del instrumento, desafinaciones, trasteos, roce de cuerdas, apagados, armónicos, vibratos, bends, cambio constante de dinámicas y ritmos, disonancias en temas muy melódicos, nuevos timbres a lo largo y ancho de la guitarra. Y a pesar de todo ello, seguía siendo un guitarrista clásico, conservaba el rigor y la precisión del músico académico. Basta escuchar “fuoco”, el tercer movimiento de su Libra Sonatine o su composición más famosa el “Tango en skaï”.

El tunecino nacionalizado francés compuso un sin fin de obras, la gran mayoría, como era de esperarse, son para guitarra clásica. Quizás la mejor forma de iniciarse en su enorme producción sea escuchando sus arreglos para guitarra cuyos temas son de autores populares como Django Reinhardt y Edith Piaf, jazzistas como Thelonious Monk y Dizzy Gillespie. Destacable es su labor como arreglista de piezas pertenecientes al folklore latinoamericano, baste mencionar dos: “Alfonsina y el mar” y “Felicidade”. Probablemente en esta última es donde más se nota su estilo, una bossa nova aunada a un lenguaje contemporáneo. Dyens le da un tono trágico a la obra del brasileño.

Las influencias del autor se hacen evidentes a través de sus piezas homenaje. Resulta atractivo, por ejemplo, escuchar el “Hommage à Frank Zappa”. Llama la atención la aliteración de sus frases disonantes inmersas atinadamente en un contexto poco sensato, muy a lo Zappa. No menos atrayentes son sus homenajes a guitarristas como Villa-Lobos, Barrios Mangoré o Tárrega. Por último, vale la pena al menos mencionar sus improvisaciones que enmarcan toda su obra. Dyens no sería sin la influencia del jazz y el lenguaje musical contemporáneo, de nuevo la circunstancia.

Así pues, estamos ante un artista que llevó su instrumento hasta las últimas consecuencias, inspirado probablemente en el piano preparado de John Cage, Dyens dedicó su vida a explorar la guitarra, ese pequeño juguete de madera que fácilmente se toca, pero difícilmente se toca bien. La guitarra que ha sido la fascinación de tantos, entre ellos el maestro Roland Dyens.

Fuentes:

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2016/10/31/ocio-y-cultura/la-improvisadora-guitarra-de-roland-dyens-se-apaga 

http://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/sevi-muere-roland-dyens-clasico-festival-guitarra-cordoba-201610301641_noticia.html

Fotos: http://www.rolanddyens.com/

Autor: Missael Contreras

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