Me declaro un ignorante sobre sor Juana. Enfrentarme a intentar escribir un texto sobre ella (alguien me pidió que lo hiciera) me parece en sí una tarea digna de redactar, además de ser un recurso que me libera de buscar un ángulo realmente interesante. He leído lo básico (lo que sea que eso signifique) y por trabajo me ha tocado explicar la estructura del soneto con sus más famosos poemas y varias figuras de la retórica con sus versos. 

Cosas que he leído o escuchado sobre ella 

Al preguntarle a Paz sobre sus poetas favoritos respondió: Sor Juana y José Alfredo. De la primera no se puede dudar, pues le dedicó mucho de su trabajo a la llamada “Décima musa”. Sin cuestionarlo, el Nobel mexicano tenía razón, la nacida en Nepantla ha sido lo más fino y complejo en la lírica nacional, aunque José Alfredo sigue siendo más práctico para emborracharme. 

Empecé Yo, la peor. Por decidia y luego un inesperado final que me hizo regresar el tomo al dueño, recuerdo casi nada. También vi la serie La peor de todas, son tiempos modernos y la televisión es también una forma de saber cosas. 

Más allá de los lugares comunes, interesantes y polémicos, como la relación con la virreyna, me queda más la reflexión de cómo se enfrentó a un mundo que estaba hecho para evitar en cada momento su presencia y desarrollo. A base de una increíble inteligencia pudo dedicarse a la poesía, es decir, al arte. Tampoco existían muchos rubros en los que pudiera volcar esa genialidad, pero ¿era la lírica el mejor camino para Sor Juana? Con tan tremendo trabajo no se dudaría. Sin embargo,  para el presente texto me molesté en leer por lo menos su biografía en Wikipedia, antes de descalificar las páginas en internet, se sabe que son realizadas de manera colaborativa, muchas veces, por expertos. Entré a la página y lo pude comprobar, es un trabajo extenso y muy meticuloso. 

Lo importante es que ahí, y en otros lados, encontré que de toda su obra, sólo un trabajo fue realizado por gusto, todo lo demás es por encargo. Entonces pienso que tal vez eso fue un trabajo para poder leer y estar tranquila, pues uno necesita hacer algo para poder mantenerse y vivir. 

Sabemos y valoramos el arte, su hermosa mística para la inspiración y los motivos. La búsqueda de la necesidad de expresar los sentimientos, esta necesidad de revelar las entrañas de uno es la base de lo que llamamos arte porque en él existe (o ha existido) la tradición de los trabajos por encargo como de pintura y música. Mas en el caso de las letras, hay muchos ejemplos, pero pocos son considerados obras maestras realmente. Además, entre las letras también podemos considerar los que se realizan a base de técnica y experiencia, ejemplos podemos ver muchos en el periodismo, donde se requiere rapidez y precisión. 

Ahora, sor Juana entregó obras maestras, siendo muchas de ellas encargos. Me parece brutalmente más difícil lograrlo, pues si analizamos su producción notaremos que es bastante amplia. No es sólo poesía, sus sonetos son los más famosos, pero existe casi cualquier cosa que se le ocurra. Toda su obra de una factura del nivel y muchas veces superior a los más importantes literatos de su tiempo (Siglo de Oro Español -en caso de que crea lo contrario le advierto que ese punto estoy dispuesto a defenderlo con violencia). 

Lo compararé con otra leyenda nacional, Juan Rulfo, ya que la totalidad de su obra (que es muy poca) podría ser un año flojo para la “Décima musa” (puede que menos tiempo). Pero ella vivió en un tiempo en el que el arte todavía tenía, siempre, una razón, un motivo, un pretexto más allá de la expresión. El arte “servía” para algo político, social, cultural y ella da muestra de ello con soberana perfección. Al de Pedro Páramo lo podríamos juzgar porque la musa lo visitó poco, no se necesitó más realmente. Sin embargo, él lo justificó con la afirmación de que todos los que le contaban las cosas estaban muertos. A ella la veo como una artesana, pero del nivel de los grandes maestros. 

Otra cosa que podemos discutir sería ¿qué tan mexicana la podemos considerar? Nació en lo que hoy es nuestro país, pero donde todavía no existía como tal, aunque un gobierno o estado no dan nacionalidad alguna realmente. Es mexicana, sí, nació cuando lo que llamamos lo nacional surge, donde se comenzaba a estabilizar el choque y la mezcla de todo lo que nos conforma. Una de nuestras primeras poetas y es la más grande. No la hemos podido superar con más de 200 años como nación, Paz se acerca mucho pero no lo suficiente. 

El efecto Sor Juana

Su poesía es tan actual que se pueden hacer memes sobre su obra, lo cual considera una gran forma de acercarse. También hay un Twitter genial de ella.  Ahora, le llamo al efecto Sor Juana, o Sor Jean como me gusta llamarla,  a lo que les pasa a muchos en temas del corazón: a quien te gusta, no le gustas y a quien le gustas, no te gusta.  Ella lo resume mucho mejor en el soneto “Feliciano me adora y le aborrezco”, un fragmento como ejemplo es: 

Por quien no me apetece ingrato, lloro,
Y al que me llora tierno, no apetezco 

Asimismo, propongo, como ya varios memes, que la clásica queja para el amor fallido pase de ¡Para qué calientas el boiler si no te metes a bañar!  a una versión más poética como:

¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?”

*Se puede usar realmente todo ese soneto llamado: Detente, sombra de mi bien esquivo pero podemos tener poco tiempo.  

Luego de estos apuntes sigo creyendo que escribir sobre ella es una tarea para la que todavía no estoy bien preparado, lo que no me queda duda es que puede, usted, hacer un ejercicio parecido (más en estos tiempos en los que fue escrito -cuarentena-) y encuentre cosas de su trabajo y su vida. 

Lea su historia en internet, que en sí ya es magnifica. La niña genio que aprende a leer; la feminista rebelde que busca un lugar en el mundo cuando todo quiere evitarlo; la monja poeta. Tiene tantas aristas para estudiarla (seguro me faltan más). Vea la serie, lea algunos textos escritos como novela sobre ella. Y así en caso de necesidad puede justificar un texto con su ignorancia sobre el tema.

Autor: Raúl Orozco