El tercer cine, crítica social de primera

La historia del tercer cine es una historia de lucha, resiliencia, resistencia y revolución humana que nos hace darnos cuenta de cómo pensamos y constituimos nuestra vida social en relación con la otredad. Desde sus inicios como espectáculo visual a finales del siglo XIX, la cinematografía consideró materia de filmación a la realidad social que no cualquier persona se atrevía a ver, o que simplemente no se habían dado cuenta de su existencia; es el claro ejemplo de los hermanos Lumiére al grabar la salida de obreros de una fábrica en Lyon, perpetuando una imagen de quienes, por jerarquías, eran invisibles.

No se sabe con certeza cuál fue el origen del tercer cine, sin embargo, sabemos que a finales de los sesenta se escribió el primer manifiesto titulado “Hacia un tercer cine”[1] de la mano de Octavio Getino y Fernando Solanas, cuyo objetivo era buscar una alternativa de producción cinematográfica, que hasta entonces había monopolizado la industria burguesa, para descolonizar las mentes del llamado tercer mundo. La idea central era que el cine dejara de ser un simple divertimento manipulado por quienes eran dueños del más poderoso medio de comunicación y trascendiera a una crítica política y social, que revelara problemáticas de los países colonizados.

Los antecedentes históricos del pensamiento colectivo revolucionario antiimperialista que motivaron la resignificación con la alternativa de producción del cine fueron principalmente la lucha de Vietnam y la Revolución Cubana. Así fue que de la crítica social surgió un cine militante de resistencia en Hispanoamérica, en búsqueda de la libertad  descolonizadora.

Desde una posible perspectiva, fanática, del primer cine o cine de primera conformado en su mayoría por producciones estadounidenses y europeas, este movimiento revolucionario, cultural y político, se podría denominar cine de tercera. Para algunos artistas e intelectuales que suelen argumentar con prejuicios lo que en realidad esconde su posición en la lucha de clases, sería un cine del tercer mundo; aunque cabe señalar que fue esta misma condición para que se expandiera más allá de Latinoamérica. Mientras que para quienes se involucran en la creación, difusión y recepción activa es el tercer cine, la manera de mencionar el diálogo entre la sociedad y el séptimo arte.

El privilegio de la belleza se deja a un lado cuando el arte se desentiende de las problemáticas sociales, en el tercer cine se privilegia más la causa del porqué se está realizando la producción y la importancia de que llegue a los espectadores; además no interesa tanto lo estilístico cuando el mensaje llega directo, provocando una dialéctica entre la obra cinematográfica y el espectador.

De esta manera se consigue un triángulo semiótico, es decir, este cine con bajo o nulo presupuesto nace de un pensamiento crítico y social, a la vez que el espectador ideal también ejerce una postura activa ante las problemáticas que se viven en el plano material; en suma, se crea una nueva discusión para analizar y contrarrestar las imposiciones políticas, culturales y pedagógicas que provienen de las producciones artísticas pero carentes de sentido social e histórico, cuya producción está en manos de los países imperialistas que invaden las mentes y la vida cotidiana de la población colonizada.

Denunciar las injusticias, fomentar la memoria histórica  y dar a conocer la realidad cruda que se vive en los pueblos colonizados son aspectos fundamentales que los cineastas que pretendan seguir con este movimiento deben considerar. Algunas de las cintas más relevantes y recomendables del tercer cine son: La hora de los hornos de Fernando Solanas y Octavio Getino; Sangre de cóndor de Jorge Sanjinés; Dios y el diablo en la tierra del sol de Glauber Rocha y La lucha de un pueblo sin armas de Patricio Guzmán, sólo por mencionar algunas.

Autor: Diego R. Hernández

[1] Getino, O. y Solanas, F. (1969). Hacia un tercer cine: Apuntes y experiencias para el desarrollo de un cine de liberación en el tercer mundo. https://cinedocumentalyetnologia.files.wordpress.com/2013/09/hacia-un-tercer-cine.pdf

 

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