Leandro Fernández de Moratín y El sí de las niñas

La comedia es un juego, pero un juego que imita la vida.

Henri Bergson[1]

El escritor Leandro Fernández de Moratín, nacido en el siglo XVIII e hijo del poeta Nicolás Fernández de Moratín, se caracterizó por un temperamento tímido y sombrío, que lo llevó a ser partidario del rey José Bonaparte durante la invasión napoleónica en España, logrando en esos mismos años posesionarse como bibliotecario mayor. Recorrió varios países europeos, pero después de la guerra de independencia española y el advenimiento de Fernando VII, se exilió en Francia y falleció en París en 1828.

Al mismo tiempo es importante señalar que la formación de Fernández de Moratín se estableció desde el Neoclasicismo y la cultura francesa como una alternativa que veía Leandro, para que España saliera de la ignorancia y la pobreza desde esa corriente que inicia en el siglo XVIII y perdura hasta mitad del siglo XIX, involucrándose con movimientos como el Romanticismo y el Eclecticismo. Un Neoclasicismo que es el primer gran movimiento cultural de la época moderna, pero paradójicamente se sustenta en el pasado.

Sin embargo, es el inicio del arte contemporáneo, el Siglo de las Luces, que posesiona las ansias reformistas, el fenómeno de la Ilustración y el culto a la razón. En donde las filosofías de Descartes y Locke se convirtieron en fuente de inspiración para autores de la Enciclopedia como: Rousseau, Voltaire, Turgot, Condillac, Diderot, D’Alembert y Montesquieu, quienes lideraron la bandera ideológica y filosófica que dio inicio a la Revolución Francesa y a su vez, derivó en la búsqueda de la igualdad, la libertad y otros sucesos.

Dichos sucesos desencadenaron grandes aportes al mundo de las ciencias, el arte, la literatura y el pensamiento, generando uno de los periodos más fructíferos y, no obstante, cruel y controvertido de la historia del siglo XX. En medio de ese universo, Moratín escribió poesías, odas, y sonetos. Una poesía que es el reflejo de la elegante contención y equilibrios formales del Neoclasicismo. Algunos de esos poemas son: “Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana”, “La despedida”, “Elegía a las musas” entre muchas otras. 

Esta descripción estaría incompleta si no se hablara que fue el mejor escritor de teatro del siglo XVIII. Fiel seguidor de las reglas del Neoclasicismo como el uso de las tres unidades en las obras de teatro, estrategia para la limitación de posibilidades y dificultad para una aceptación adecuada del público. Además, hace que sus temas sean una crítica a las costumbres poniendo en ridículo las equivocaciones sociales y sugiriendo la verdad y la virtud como modalidades de vida.

En las propias palabras de Moratín la comedia es:

  …Imitación de un dialogo de sucesos ocurridos en un lugar y en pocas horas, entre personas particulares por medio del cual…resultan puestos en ridículo los vicios y errores comunes en la sociedad…[2]          

Una de sus obras cumbres es El sí de las niñas que se desarrolla en un argumento sencillo, el cual resalta esas modalidades de la verdad, la virtud y la tragedia en sus personajes como Paquita que es presionada por su madre, Irene, para casarse con un hombre mayor, don Diego.

Pero ella se encuentra enamorada del joven militar Carlos, quien es sobrino de don Diego, y están dispuestos a renunciar al amor que se tienen. Sin embargo, don Diego se entera de ese amor y renuncia a Paquita, para que se case con su sobrino. Este tipo de acciones evidencian un avance en esa época frente a tradiciones y prejuicios sociales muy arraigados.  

Al respecto conviene decir que Moratín trabaja con un modelo de teatro sobre la imitación de la naturalidad, es decir, que se imita lo que se ve y se intenta hacer una selección de los acontecimientos más sobresalientes.

Este es el caso de El sí de las niñas que es la representación social y cultural de una época, la cual determinó el accionar de unos sujetos frente a una sociedad moralista e hipócrita, en la que Leandro intenta mostrar que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres como poder elegir el hombre con el que quieren casarse desde la edad, nivel social, económico y educativo.

Un ejemplo de esto es  el Acto III en donde don Diego menciona el tema de la obra en la última escena XIII:

Don Diego: Él y su hija de usted estaban locos de amor, mientras usted las tías fundaban castillos en el aire y me llenaban la cabeza de ilusiones…Están son las seguridades que dan los padres y los tutores… ¡Ay de aquellos que lo saben tarde![3]

Finalmente, leer a Fernández de Moratín es abrir el abanico del Neoclasicismo y las críticas a una sociedad permeada de costumbres y prejuicios sociales que conllevan a posibles transformaciones del accionar desde campos como la razón y al triunfo del amor como en caso de Paquita y Carlos.   

Referencias bibliográficas

Fernández, d. M. L. (1997).  El sí de las niñas. Bogotá.  Editorial Cometa de Papel.

Pérez, M. (2001).  El teatro neoclásico. Madrid. Ediciones del Lebernito. 

[1] Escritor, profesor, filósofo y sociólogo francés, autor de Materia y memoria (1896), La risa (1899), La evolución creadora (1907) y La energía espiritual (1919).

[2] Leandro Fernández de Moratín, La comedia nueva o el café, Madrid,1825, p21

[3] Op. Cit, Acto III, Escena XIII, p.128.

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