¿Qué se traen con «quesadilla»?, déjenla ser
«Quesadilla» es un hiperónimo. Está formada por el morfema ques- (queso), el interfijo -ad- (sin significado) y el derivativo -illa (diminutivo); como ninguno de sus elementos significa «tortilla de maíz, doblada, frita o asada, en cuyo interior hay alimentos diversos», se ha tomado toda la palabra para ese concepto.
Algunos han querido darle ese sentido a –adilla y han creado «pescadilla»[1] (por ejemplo), sin embargo, al no ajustarse a la economía de la lengua resulta poco práctico su uso como morfema pues daría como resultado formaciones como *tingadilla, *polladilla, *panzadilla, *huitlacochadilla, *flordecalabazadilla, *rajasconpapasadilla -poniéndome creativa y según de qué estuviera rellena, aunque los comensales sabemos que hay muchos más rellenos posibles.
Así pues, el alimento se llama «quesadilla» independientemente de cuál sea el relleno y de que tenga o no queso, pues los hablantes hemos obviado –que no olvidado- el significado de uno de sus morfemas (queso). Los hablantes de la Ciudad de México, algunas zonas del estado de México, Morelos y Puebla entendemos perfectamente a qué nos referimos sin que reparemos por completo en el significado de origen.
Así sucede con otras palabras cuyo significado morfológico ya no advertimos, por ejemplo, «cuneta» o «banqueta» que los hablantes de español en general poco asociamos ya con «cuna» o «banco/banca».
Adicionalmente, este uso de “quesadilla” (sin queso) ya fue recogido por el diccionario académico pues en la entrada correspondiente se indica que la tortilla de marras está rellena de queso u otros ingredientes. Habrá que señalar como comedores puristas, que la tortilla no va “rellena” pues el que se rellena es el “huarache”, pero eso es otro asunto culinario.
En conclusión: ¿de qué quiere su quesadilla?
[1] Recientemente me han hecho llegar un ejemplo atestiguado de “chicharronilla”, al más puro estilo creativo de las cantinas de la Ciudad de los Palacios.
Texto por: Claudia L.E. Cambronne