Muchas veces, cuando queremos comenzar a leer, consultamos a amigos para encontrar alguna buena recomendación, ya sea por desconocimiento del tema o simplemente porque no sabemos cuál es el mejor camino para iniciar. Usualmente, tomamos ese consejo y, sin importar qué tan atinado fue, solemos ir en busca de aquello que promete ser una joya.
Sin embargo, cuando se trata de poesía, la cosa cambia, pues realmente son pocos los lectores asiduos de este género. Es por ello que una de mis soluciones es recurrir a los propios poetas, quienes, ya sea en una entrevista o en algún texto, siempre suelen desvelar algunas recomendaciones.
Entre esos hallazgos me encontré de frente con el poeta perteneciente al grupo sin grupo, que reconocemos con el nombre de Los Contemporáneos, es decir, a Xavier Villaurrutia y con su “Guía de poetas norteamericanos”[1]. Es a partir de ésta que les contaré qué dice este poeta tan excepcional sobre sus colegas.
Edgar Allan Poe: el Jehová de la literatura norteamericana
Para Villaurrutia, la poesía norteamericana surge a partir de la muerte de un mesías a los 33 años, sólo que en este caso la referencia dicho número es para el aniversario luctuoso. Dicho mesías, se puede inferir, es Walt Whitman. Sin embargo, para que exista un universo debe existir un creador y ese “Jehová”, como lo llama el poeta de Los Contemporáneos, es Edgar Allan Poe.
Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stern decorum of the countenance it wore,
“Though thy crest be shorn and shaven, thou,” I said, “art sure no craven,
Ghastly grim and ancient Raven wandering from the Nightly shore—
Tell me what thy lordly name is on the Night’s Plutonian shore!”
Quoth the Raven “Nevermore.” (“The raven”)
Walt Whitman: el adán y el profeta
Villaurrutia comenta que, al igual que un Adán desterrado de un paraíso, Walt Whitman tuvo que crear su propio “paraíso” ya que, después de 33 años de la muerte de Whitman se descubrió que, si bien había publicado sólo 12 poemas en vida, existían cerca de 400 con los cuales creó un nuevo mundo.
I celebrate myself, and sing myself,
And what I assume you shall assume,
For every atom belonging to me as good belongs to you.(“Song of myself” 1892)
Emily Dickinson: la Eva de la poesía norteamericana
Si hablamos de un paraíso es imposible no mencionar a la madre de todos, en este caso, de todos lo poetas norteamericanos. Villaurrutia asegura que el tono de Dickinson fue el que definió el tono de la generación. Sobre ella menciona que “ […] es, en el tiempo, el primer poeta imagista. El uso de un lenguaje sencillo, el mismo de la expresión hablada, sólo que empleado con la exactitud y el éxtasis decorativo, la no insistencia en el uso del verso libre…”[2]
Water is taught by thirst;
Land, by the oceans passed;
Transport, by throe;
Peace, by its battles told;
Love, by memorial mould;
Birds, by the snow. ( “133”)
Para Xavier Villaurrutia, la triada mencionada es la que dio paso al Renacimiento de 1912. Fueron los poetas anteriores quienes forjaron el nuevo mundo para los poetas que vendrían como Ezra Pound, John Gould Fletcher, Hilda Doolittle, Flint Lawrence, Amy Lowel y más. Esta corte celestial norteamericana siempre será difícil de olvidar.
[1] Xavier Villaurrutia. (2014). Obras. Fondo de Cultura Económica: México, pp 687-692
[2] Ibid p 689.
Edgar Allan Poe. “The raven”. Tomado de: https://www.poetryfoundation.org/poems/48860/the-raven
Walt Whitman. “Song of myself”. Tomado de: https://www.poetryfoundation.org/poems/45477/song-of-myself-1892-version
Emily Dickinson. “133”. Tomado de: https://www.bartleby.com/113/4133.html
Escribiente que preferiría no hacerlo, lectora de lo ajeno y fanática de Bolaño.